ELEMENTO MADERA, su energía
Cooperación, adaptabilidad, energía, organización, autoexpresión
La vida vegetal muestra una urgencia irreprimible por reproducirse y extenderse, de tal forma que la energía de una brizna de hierba que consigue abrirse paso a través del asfalto, ode un árbol que crece en una pared, es la misma energía que produce la exuberancia prodigiosa de los bosques tropicales. La energía de las plantas es casi imposible de destruir; puede permanecer latente durante años o eones, y brotas de nuevo como las flores brotan en primavera en el desierto después de la lluvia, o las semillas que germinan despues de permanecer 8000 años en una tumba egipcia. La fuerza primaria de la urgencia de vivir y crecer es la característica de la Madera y sus responsables en el ser humano son el Hígado y la Vesícula Billiar.
Debido a la fuerza del Qi de la Madera, el Hígado y la VB suelen ecarnar un carácter militar en los libros clásicos y reciben el título, respectivamente, de `general` y `teniente`.
La energía dela Madera no es específicamente agresiva por naturaleza a pesar de su fuerza competitiva. Algunas plantas son venenosas, pero son muchas más las curativas, y aunque otras se defienden con espinas, el mundo vegetal en conjunto es más benevolente que otra cosa. Por encima de todo, cuando se hallan muchas plantas juntas hay una poderosa sensación de comunidad y cooperación además de competitividad. Un paseo por un bosque nos muestra la presencia de líquenes que colonizan las ramas de los árboles, hongos y helechos que medran en puntos de sombra húmedos mientras los árboles muertos acogen musgos y setas en su largo proceso de desintegración. Esta capacidad para llevar una coexistencia armoniosa es uno de los aspectos más importantes de la Madera en la mente y la cuerpa humana, junto con su complemento, la urgencia de la autoexpresión individual.
Las plantas pueden vivir en armonía gracias a su adaptabilidad. Los árboles llegan a extender las raíces muchos metros de profundidad en busca de agua y crecen de igual altura en busca y competencia por la luz. Las plantas trepadoras muestras casi una astucia humana en busca de apoyo y las plantas cambian de dirección en su crecimiento cuando encuentran un obstáculo. La Madera es flexible porque está viva, y está viva porque es flexible. La capacidad de las plantas para planear y tomar decisiones es una faceta del Elemento Madera del carácter humano, similar a la estrategia del árbol y de la enredadera; representa la opción y búsqueda de la dirección óptima para crecer. Es esencial que plantas y decisiones se adapten a las circunstancias cambiantes. También nosotros tenemos que ser flexibles o nuestros planes pierden propósito.
La vida vegetal también es una vida organizada; cada planta tiene su forma especial de crearse y desarrolarse, y ésta manera de desarrollarse forma parte de su función, es decir, se crea así misma de forma organizada de tal manera de que su forma sea funcional a su función, la capacidad creativa individual y organizada dentro de esa individualidad, es un aspecto del elemento madera. Es la organización lo que permite la expresión más eficaz de la energía ilimitada de la Madera. De igual manera, la capacidad para organizar nuestros esfuerzos eficazmente es la forma humana de enfrentar nuestras energía creativa y representa un aspecto de la Madera de nuestro interior.
La organización es tan evidente en la coexistencia de las plantas como cuando crecen aisladas; la disposición forma parte de otra disposición mayor como subrayan los ecologístas. La energía de la Madera nos permite obtener el potencial máximo de la autoexpresión, si la empleamos bien; pero la autoexpresión solo es significativa cuando otros del grupo o cultura se relacionan con ella. Tal vez no sepas cuál es nuestro propósito individual en la vida, pero el don de la Madera es obligarnos a luchar igualmente por nuestra preservación y otras formas de vida que comparten o crean nuestro medio ambiente; solo con éste equilibrio se asegura la supervivencia.
La vida vegetal muestra una urgencia irreprimible por reproducirse y extenderse, de tal forma que la energía de una brizna de hierba que consigue abrirse paso a través del asfalto, ode un árbol que crece en una pared, es la misma energía que produce la exuberancia prodigiosa de los bosques tropicales. La energía de las plantas es casi imposible de destruir; puede permanecer latente durante años o eones, y brotas de nuevo como las flores brotan en primavera en el desierto después de la lluvia, o las semillas que germinan despues de permanecer 8000 años en una tumba egipcia. La fuerza primaria de la urgencia de vivir y crecer es la característica de la Madera y sus responsables en el ser humano son el Hígado y la Vesícula Billiar.
Debido a la fuerza del Qi de la Madera, el Hígado y la VB suelen ecarnar un carácter militar en los libros clásicos y reciben el título, respectivamente, de `general` y `teniente`.
La energía dela Madera no es específicamente agresiva por naturaleza a pesar de su fuerza competitiva. Algunas plantas son venenosas, pero son muchas más las curativas, y aunque otras se defienden con espinas, el mundo vegetal en conjunto es más benevolente que otra cosa. Por encima de todo, cuando se hallan muchas plantas juntas hay una poderosa sensación de comunidad y cooperación además de competitividad. Un paseo por un bosque nos muestra la presencia de líquenes que colonizan las ramas de los árboles, hongos y helechos que medran en puntos de sombra húmedos mientras los árboles muertos acogen musgos y setas en su largo proceso de desintegración. Esta capacidad para llevar una coexistencia armoniosa es uno de los aspectos más importantes de la Madera en la mente y la cuerpa humana, junto con su complemento, la urgencia de la autoexpresión individual.
Las plantas pueden vivir en armonía gracias a su adaptabilidad. Los árboles llegan a extender las raíces muchos metros de profundidad en busca de agua y crecen de igual altura en busca y competencia por la luz. Las plantas trepadoras muestras casi una astucia humana en busca de apoyo y las plantas cambian de dirección en su crecimiento cuando encuentran un obstáculo. La Madera es flexible porque está viva, y está viva porque es flexible. La capacidad de las plantas para planear y tomar decisiones es una faceta del Elemento Madera del carácter humano, similar a la estrategia del árbol y de la enredadera; representa la opción y búsqueda de la dirección óptima para crecer. Es esencial que plantas y decisiones se adapten a las circunstancias cambiantes. También nosotros tenemos que ser flexibles o nuestros planes pierden propósito.
La vida vegetal también es una vida organizada; cada planta tiene su forma especial de crearse y desarrolarse, y ésta manera de desarrollarse forma parte de su función, es decir, se crea así misma de forma organizada de tal manera de que su forma sea funcional a su función, la capacidad creativa individual y organizada dentro de esa individualidad, es un aspecto del elemento madera. Es la organización lo que permite la expresión más eficaz de la energía ilimitada de la Madera. De igual manera, la capacidad para organizar nuestros esfuerzos eficazmente es la forma humana de enfrentar nuestras energía creativa y representa un aspecto de la Madera de nuestro interior.
La organización es tan evidente en la coexistencia de las plantas como cuando crecen aisladas; la disposición forma parte de otra disposición mayor como subrayan los ecologístas. La energía de la Madera nos permite obtener el potencial máximo de la autoexpresión, si la empleamos bien; pero la autoexpresión solo es significativa cuando otros del grupo o cultura se relacionan con ella. Tal vez no sepas cuál es nuestro propósito individual en la vida, pero el don de la Madera es obligarnos a luchar igualmente por nuestra preservación y otras formas de vida que comparten o crean nuestro medio ambiente; solo con éste equilibrio se asegura la supervivencia.
"Teoría y Práctica del Shiatsu" Carola Bresford-Cooke.
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